TIEMPO
¿Dónde está que no lo encuentro?
¿Es que nunca hay tiempo para nada, ni para lo que realmente importa? |
¿A cuántos de nosotros nos ha
sucedido que al final del día, antes de acostarnos entre las suaves cobijas de
nuestra cama, nos llegue un sentimiento de culpabilidad o de desesperanza? Que
nos haga finalmente preguntarnos: ¿A dónde se escapó mi día?
“Pasó muy rápido, pero mañana será
otro día” – Y nos reconfortamos entre cobijas de ligera culpabilidad.
Mañana será un nuevo día…
Mañana será un nuevo día…
Mañana será un nuevo día…
¡Fin de semana! A descansar, el lunes
SERÁ UNA NUEVA SEMANA…
Y así, como en un círculo vicioso,
interminable, una caída libre sin fin ni principio en un hoyo de
procrastinación.
Tenemos siempre el tiempo encima (no debería ser así) |
Y sin embargo, somos tan adictos a
ello, tan adictos como a la droga más poderosa.
“Bueno, al fin y al cabo, no es mi
culpa, incontables sucesos inesperados, gente estúpida y circunstancias
totalmente imprevistas me impiden hacer lo que yo quiero, ¿o, que no es así? ¿Qué
no le ocurre lo mismo a millones de personas? ¿No?”
Sí (a veces), pero no. Rotundamente
NO.
Entonces, ¿qué sucede? ¿Acaso hay
algo que yo pueda hacer para detener este huracán de eventos desafortunados?
¡SÍ!
Es decir, nadie más es dueño de tu
tiempo. Cuando aprendes a organizarte y a definir horarios FLEXIBLES en tu
tiempo y en tu vida, todo cambia completamente.
Te das cuenta que tenías realmente
serios problemas al momento de (intentar) tener el control de tu vida.
¿Porqué no intentar ser más flexible? |
Ahora aprovechas el tiempo para
llenar ese vacío cavado por la culpabilidad. Hacer lo que realmente te gusta y
apasiona te hace sentir realmente poderoso, tu perspectiva cambia y se vuelve
mucho mayor de lo que era antes.
La cuestión aquí es que tenemos la
capacidad de poner todo en orden, pero va a depender de la voluntad de cada uno
de nosotros, así como de nuestra disciplina.
Me ha llegado a suceder que me
propongo dormir temprano en la noche, para así recibir al nuevo día descansado
y con mucha energía. Pero siempre surge algo. Ese algo incluye tareas
pendientes, videos que me interesan (gracias por el insomnio Dross -.-), las
redes sociales y mil cosas más.
A resumidas cuentas, ¡yo arruino mi
propio plan! Yo soy el culpable de meter la pata una y otra vez. Y, ¿saben que
es lo peor de todo? Que me encanta.
Me encanta encontrar alguna
distracción que me haga olvidar por un momento la responsabilidad, o parece que
también me encanta dejar para después un sinfín de tareas pendientes por las
que me tengo que desvelar. En fin, soy un ser humano.
Nos distraemos con cualquier cosa, y nos encanta... |
Sé que puedo mejorar, y tú también
puedes mejorar. Te propongo algo: ponte una meta con una consecuencia exagerada
si es que no la cumples. Un poco de ansiedad no hace mal a nadie. Proponte: “Me
dormiré temprano, sino me moriré algún día de un infarto” Jajaja, o algo
parecido.
Si bien es cierto que puedes morir de
un infarto por no dormir lo suficiente, también es cierto que tú puedes crear
tus propios motivadores para cumplir tus objetivos. Busca algo que te haga
sentir la necesidad de cumplir contigo mismo: una recompensa, un castigo, o la
culpa eterna.
Organízate, planea y prevé. Deja
espacio para lo inesperado, para lo increíble, para lo insólito, que es lo que
hace de nuestras vidas algo interesante. Tu tiempo es más valioso que cualquier
recurso en la Tierra. Nadie lo tiene comprado, ni nadie puede comprar más.
Así que, a la próxima que te metas
entre las cálidas cobijas de tu cama, espero ya te hayas desecho de ese molesto
sentimiento y tengas oportunidad de soñar en grande.
0 comentarios:
Publicar un comentario